Tras un divertido viaje y un atasco en Fuendejalón, la Banda llegó por fin a Pozuelo pasadas las cinco de la tarde. Tras los consabidos preparativos, afinaciones, movimiento de sillas y ubicación de todos los componentes, el concierto dio inicio pasadas las cinco y media, ante un público que, sin llegar a llenar totalmente la iglesia, si dieron muestras de interés por la música y agradecieron la actuación con sus aplausos. Un variado repertorio, con músicas de película y villancicos, que los pozuelazos siguieron con interés. Tras el concierto, la banda y todos los acompañantes (los de siempre, los incondicionales) fuimos invitados a una merienda en el Casino. Un trato exquisito que la Banda de Rivas recibió en el corazón de la comarca de Campo de Borja.
Las fotos del concierto son obra, como siempre, de Faustino Sauras, encargado de inmortalizar todos los actos de la Banda.
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