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miércoles, 7 de octubre de 2009

Breve historia de la Banda de Música de Rivas

La Banda de música de Rivas inició su actividad en los últimos decenios del siglo XIX a iniciativa de Don Paco Casas quien reclutó a los primeros jóvenes voluntarios y les inició en el arte de la música. Pronto se hizo cargo de la dirección Don Zacarías Arduña, con quien se alcanzó la estabilidad como asociación musical. La primera relación de músicos de la que se tiene noticia bajo la batuta de D. Zacarías Arduña estaba formada por:

Pascual Cabeza (clarinete), Valero Lamarca (bombo), Zacarías Arduña (bombardino), Santiago Burguete (saxofón), Ponciano Rodrigo (clarinete), Pascasio Sarría (cornetín), Pedro Duesca (tuba), Vitoriano Ezquerra (trombón)


Don Zacarías Arduña la dirigió durante varios decenios con la excepción de los años en que fue enviado a la guerra de Cuba a finales del siglo XIX. Ello no impidió que la Banda creciese aunque vivió los mismos avatares sociales y políticos que Rivas y España en aquellos años.

Esta época está perfectamente descrita en el texto que Don Domingo Arduña escribió:

“Allá por los años 1880, un grupo de siete personas se impuso el “objetivo” de crear, fundar, o aún mejor, intentar llevar adelante la formación de un grupo musical. Y, pese a las enormes dificultades técnicas y económicas, propias de la época, se consiguió el “objetivo”, lo que visto desde nuestros días, puede considerarse una obra de verdaderos “titanes”. Aunque duró poco tiempo la alegría de los fundadores, puesto que por el año 1888 al tener que ingresar en “filas” su director – durante cinco años como soldado en Cuba – se produjo un obligado paréntesis de inactividad, que duró los indicados cinco años”.

En 1930 a Don Zacarías Arduña le sustituyó en la dirección Don Ildefonso Garcés que contaba tan solo 17 años. Cuando éste tuvo que incorporarse al servicio militar, tomó la batuta temporalmente Don Luciano Duesca.

Don Ildefonso Garcés murió trágicamente en la Guerra Civil a los 23 años de edad por lo que volvió a hacerse cargo de la dirección de la banda Don Zacarías Arduña hasta su muerte en 1946. Su hijo, Don Domingo Arduña, que fue educado por su padre en el amor a la música, no dudó en tomar las riendas de tan hermosa ocupación.

La Banda siempre ha tenido a gala la participación activa en la vida social y festiva riberana. Durante el largo y fructífero periodo en que Don Domingo Arduña se hizo cargo de la dirección (1946-1992) apenas ha habido acto o fiesta en el pueblo en el que la música no haya estado presente.

“Actuando como Dios les asistía todas las tardes de fiesta, y por la noche (como no había luz pública) mi padre inventó (era carpintero) unos tacos cuadrados de madera para por una grieta hecha en cada uno, y un agujero para una vela alumbrase las partituras, hasta aquí y todo esto se mantiene la banda sin percibir un céntimo”. Domingo Arduña relata de este modo tan gráfico la situación y las penurias del momento.

A partir de los años 60 se empiezan a hacer actividades fuera del municipio de Ejea. Entre ellas cabe destacar la grabación de dos programas televisivos: “Pueblos de España” en 1972 y “Los Aragoneses” en 1982.



“Prosigue la actividad interpretativa musical, prosigue con gran entusiasmo y alegre intensidad –sobre todo en las dos horas diarias de ensayos-, pues de los siete fundadores o promotores (dichosos ellos, que ahora recordamos a título de homenaje), hoy cuenta nuestra Banda Local con treinta y seis ejecutantes y su director, amen de siete educandos a punto de actuar, siendo su especialidad ejecutar obras de concierto, sobre todo composiciones de Zarzuela. La Banda, nuestra entrañable Banda de Música, y salvo una pequeña gratificación del Ayuntamiento ejeano, que nos otorga anualmente, pasa por la triste circunstancia de carecer de medios económicos por falta de asignaciones provenientes de los Organismos oficiales. Somos todos nosotros, quienes nos tenemos que costear nuestros instrumentos y toda clase de accesorios y partituras”.

Así define el entonces director, Domingo Arduña, la situación musical y administrativa de la banda en aquella época.



En 1980 las nuevas realidades sociales se imponen y la Banda deja de ser un exclusivo coto masculino. Al principio tímidamente y luego con decisión, se incorporan un buen número de chicas dándole así a la Banda una nueva vitalidad y alegría.

En 1984 la Banda participa de manera muy destacada en la película “La Vaquilla” de Luis García Berlanga, hecho que permite una gran difusión de la Banda y sus actividades a escala nacional e internacional. Quienes asistieron a aquel largo rodaje guardan de aquellos largos meses un recuerdo imborrable.

“Y como punto final, decir que un servidor, gracias a mi buen padre, a mi afición y sobre todo a los dotes que Dios me dio estoy a mis 84 años al frente de la banda y como cosa curiosa, decir que en cuanto cojo la batuta se me van 50 años de encima”. Estas son algunas de las palabras que Domingo Arduña escribió sobre la banda en el año 1990, dos años antes de fallecer, manteniéndose en activo como director hasta su último aliento.

Tras unos meses de incertidumbre asume la dirección de la Banda Don Salvador Colomina, quien hace una extraordinaria labor de reforma de las enseñanzas (trae por primera vez profesores especializados), organiza el gran archivo de partituras, favorece los intercambios con otras bandas y mantiene viva la ilusión musical en el pueblo. En la misma época la banda se legaliza como asociación cultural y desde entonces se organiza mediante una Junta Rectora elegida democráticamente.

En el año 2002 se hace cargo de la dirección el actual responsable Don Luis Fernando Ungría. Él se ha preocupado de dar un notable impulso a la escuela de educandos lo que ya ha dado sus frutos con un espectacular incremento de miembros activos en la Banda. También ha renovado con originalidad el repertorio sin por ello olvidar la rica tradición. Su gran dedicación y capacidad permiten augurar un prometedor futuro a esta Banda que, aunque llamada La Armónica, siempre ha sido y siempre querrá ser conocida como la Banda de Rivas.

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